lunes, 28 de septiembre de 2009

MAMI: ¿QUIÉN CUIDA DE NOSOTROS?

Dos trabajos en una misma medalla: la mujer

El problema está servido. ¿Ser mujer trabajadora? ¿Ser madre y responder a
las exigencias que impone la familia? ¿Ser o no ser? ¿Ser ambas cosas?
El estrés está asegurado. Y esta es la situación que preocupa a millones de
trabajadores/as a lo ancho del mundo.
Pero no siempre fue así: antes eran los hombres los que reinaban en el ámbito
publico los que debían trabajar, mientras las mujeres se hacían cargo de las
obligaciones domésticas. Pero las cosas han cambiado y la mujer integra casi
la mitad de la mano de obra del mundo: según el Banco Mundial, entre 1960 y
1997, han incrementado su participación en la fuerza del trabajo total en un
126%. A la mujer de hoy, le preocupa el trabajo, y la familia.

Desde niñas

Pero esta doble preocupación no es fácil de llevar, sobre todo, por la carga
socio cultural que ella encierra.
Estudios de la región muestran que las niñas de 8 a 14 años de edad dedican
cinco horas más a las tareas del hogar que los niños.
Más preocupante aún: el hacerse cargo del trabajo del hogar y de las atención
de sus hermanos es la principal causa de no continuidad de los estudios de las
jóvenes de los hogares pobres y/o con un capital educativo menor a seis años.
De igual modo, mientras entre quienes abandonaron la educación en la
adolescencia, los varones en su casi totalidad, pasan al mundo del trabajo y en
igual situación se encuentra sólo la mitad de las mujeres. Las restantes, se
dedican a los quehaceres domésticos no remunerados en su propio hogar.
El círculo se cierra porque este desigual acceso incide en el fortalecimiento de
los recursos internos de las personas: autoestima, confianza en sí misma,
habilidad de liderazgo, capacidad para expresar intereses propios y para
planificar. Adicionalmente, -y por si fuera poco- hace sentir sus efectos en una
deficiente apropiación de los derechos reproductivos (derecho a la maternidad
sin riesgo, a planificar la familia, a conocer a fondo todos los aspectos de la
salud reproductiva y la sexualidad.
Con estos datos, no extraña demasiado, que el cambio de roles a la hora de
afrontar las responsabilidades familiares y laborales, traiga repercusiones
psicológicas – e incluso físicas- en la mujer que cumple ambas funciones.

Los dos filos de la navaja

Pero lo anterior no es todo a lo que la mujer debe enfrentarse. A pesar de la
presencia cada vez más notoria de la mujer en las empresas, todavía se
espera del “trabajador ideal” que tenga ciertas cualidades de las
tradicionalmente consideradas "masculinas": ella, debe anteponer a todo "su
carrera profesional", debe centrar su vida en el trabajo, y ajustar su vida familiar
a las exigencias de su profesión.
De ahí que surjan los nuevos usos laborales como los "tan de moda"
desayunos, almuerzos y cenas de trabajo. De ahí también el doble filo de la
inserción de la mujer al mundo laboral: la empresa sigue buscando al hombre
en su modelo de división del trabajo entre "hombre proveedor de ingresos v/s
mujer forjadora de la familia".
Pero en estos tiempos, esta idea no sólo discrimina a la mujer, sino también al
hombre con responsabilidades familiares.

Las nuevas opciones de trabajo

Así las cosas, no quedaba más que buscar alternativas para que la mujer
pueda desempeñarse en ambas funciones.
El Informe del Desarrollo Humano de 1999, señala que la mundialización ha
impulsado nuevas modalidades de trabajo: teletrabajo, trabajo a domicilio y
trabajo a tiempo parcial en los que participan mayoritariamente las mujeres.
Junto con beneficios tales como nuevos nichos de empleo, acceso a la
tecnología, flexibilidad horaria, etc. Pueden permitir a la madre trabajadora
estar más horas en su casa y dedicar mayor cantidad de tiempo a su familia.
Pero no todo ha sido fácil en estas nuevas alternativas: estos empleos suelen
ser precarios, mal remunerados y se hallan fuera del circuito de protección
social mínima. ¿Son un puente o una trampa? Sea como sea, las mujeres
suman, actualmente, en todo el mundo entre el 65% y el 90% del total de
trabajadores/as a tiempo parcial.

Formujer INFOCAL CEPB

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